Formación misionera
Desde la Arquidiócesis de Bogotá se busca formar a todos los miembros del pueblo de Dios como discípulos misioneros y ciudadanos, de modo que se reflejen formas sinodales de vivir y proceder, fomentar los diversos carismas, vocaciones y ministerios, dando testimonio de fraternidad, capacidad de diálogo, discernimiento y corresponsabilidad como servidores del Reino.
A partir de ello, se encuentra la iniciación cristiana, las distintas modalidades formativas y las diferentes vocaciones y ministerios.
¿QUÉ ES LA VOCACIÓN?
La vida entera la vamos a entender como una "Vocación": es el llamamiento de Dios que siempre anda en búsqueda del hombre.
La iniciativa y el llamado siempre son de Dios: la respuesta es nuestra, pero él nos ayuda a responder. La vocación es dinámica y creativa. No basta con responder de una vez por todas. Su llamado es un diálogo continuo con la respuesta del hombre.
Pero, ¿cómo voy a saber cuál es mi vocación? Yo ¿para qué nací? ¿Quién me lo habrá de decir? ¿Cómo lo voy a saber? A todos estos interrogantes habrás de responder en la vida.
Y comienza por preguntarte en serio: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Por qué camino tengo que ir?
Hay un reto muy grande para ti: alcanzar tu plena realización y esto se logra solamente descubriendo el Plan de Dios sobre ti y realizándolo. Con esto, estás respondiendo al llamado del Señor. "A esto llamamos Vocación".
ELEMENTOS DE LA VOCACIÓN
– Elección: Dios se fija en sus hijos, se fija en ti y te elige gratuitamente por su misericordia.
– Llamado: Él toma la iniciativa de hablarte primero y mostrarte su voluntad. Espera que tú libremente respondas a su llamado.
– Respuesta: El llamado del Señor espera una respuesta generosa y confiada en su palabra. Sin tu respuesta, no hay vocación, porque el sujeto de la vocación es la persona que escucha y responde cumpliendo.
– Misión: Es la tarea que el Señor te encomienda en la vida, y a través de ésta colaboras en la construcción del Reino de Dios.
Así, la vocación aparece como un diálogo personal con Dios. Es el camino de una vida, es el proceso constante de realización personal y compromiso con Dios, con las personas y con el mundo.
Por eso la misión que Dios te pide, siempre supone un servicio a la comunidad y a los más necesitados.
LLAMADOS FUNDAMENTALES
– Vocación humana:
Llamados a la existencia, seres humanos creados a imagen y semejanza de Dios.
– Vocación cristiana:
Llamados a ser hijos de Dios por el bautismo. Vocación a la santidad, a ser miembros de la Iglesia y seguidores de Cristo.
– Vocación específica:
Seguir a Cristo en un estado de vida y éste puede ser: la vida laical (incluye la familia) la vida religiosa o la vocación al ministerio ordenado (vocación al sacerdocio).
MEDIOS PARA DESCUBRIR LA VOCACIÓN
- Por el conocimiento de sí mismo, reflexionando sobre mis pensamientos, actitudes, palabras, hechos, mis aspiraciones, mis cualidades, mis aptitudes, mis debilidades, lo que no soy capaz.
- Por el conocimiento de la realidad del mundo, analizando las situaciones del momento en que vivimos, las necesidades de los que me rodean: pobres, ignorantes.
- Por medio de la oración, reconocimiento de Dios como Padre; a Jesucristo y al Espíritu Santo como puntos de inspiración. Hay que tomar decisiones firmes y seguras, confiadas en Dios. La oración y la reflexión sobre el llamado son fundamentales, se debe dar el tiempo necesario a la búsqueda y madurez en la opción.
Tomado de los libros: La Mies es Mucha, Pbro. Lucio C. Maldonado Villanueva, págs. 132-135 y Laicos en Acción, Pbro. Flaviano Amatulli., Ediciones Apóstoles de la Palabra.
*Para más información escribir a: vocacionesvetpm@gmail.com