En un ambiente fraterno y participativo, se dialogó acerca de los logros, los aciertos y las dificultades que experimentan los coordinadores en la realización de los retiros y en la posterior labor parroquial.
A partir de este diálogo, se pudo evidenciar la gran experiencia de algunas parroquias como Santa Bárbara de Usaquén con 36 retiros, o San Tarsicio con 33, y la novedad que implica abrir ministerio en una parroquia como San Calixto Caravario.
En esta reunión estuvo presente el padre Gerardo Martínez, párroco en San Calixto Caravario quien insistió en el estudio del decreto 1189 de 2018 que da las directrices para este servicio pastoral. También, aprovechó la oportunidad para solicitar a los coordinadores y rectores de los retiros un cuidado especial con tiempos, tratos y programaciones.
Monseñor Rafael ratificó que desde la Arquidiócesis estamos en el año de la misión y pidió una mejor articulación y así, aprovechar la articulación por arciprestazgos, en lo cual el equipo vicarial puede servir de garante. Propuso una pausa de los retiros para trabajar nuevas formas de cumplir la misión, generar nuevos espacios y nuevas formas de servir.
El equipo vicarial integrado por Narda Eliana Caicedo Torres y Jorge Enrique Galindo Neira presentaron una síntesis del nuevo plan de evangelización y de las conclusiones de lo trabajado en las asambleas parroquiales y vicariales.